lunes, 9 de marzo de 2015

Cáritas es la caricia de la Madre Iglesia a sus hijos

¡Muchas gracias! por lo que están haciendo, por el trabajo.
Estoy contento que estén reunidos y que tengan esperanza mirando adelante. Porque cuando miramos atrás siempre quedamos aprisionados por la dificultad de las tribulaciones, los problemas. Bueno, esas cosas que suceden en la vida y que nos hacen sufrir. Así que hay que mirar adelante como ustedes.
Institucionalmente la Caritas es parte esencial de la Iglesia. Una Iglesia sin la caridad no existe. Y la Caritas es la institución del amor de la Iglesia. La Iglesia se hace institución en la Caritas. Por eso la Caritas tiene esa doble dimensión: Una dimensión de acción; acción social entre comillas. Acción social en el sentido más amplio de la palabra. Y una dimensión mística, es decir, metida en el corazón de la Iglesia. La Caritas es la caricia de la Iglesia a su pueblo. La caricia de la Madre Iglesia a sus hijos, la ternura, la cercanía.
La búsqueda de la verdad, el estudio de la verdad católica es otra dimensión importante de la Iglesia que hacen los teólogos. Después, se transforma en catequesis y llega.
La Caritas es directa, es el amor de la Madre Iglesia que se acerca, acaricia, ama. En este sentido, me permito decirles que ustedes son los testigos primarios e institucionalizados del amor de la Iglesia. Y desearles que puedan seguir haciendo esto. Y porque siento esta responsabilidad de confirmarlos en este camino es por lo que quise recibirlos, que no se fueran de Roma sin un dialogo con el obispo de Roma. Es decir, para confírmalos en la fe.
Segundo, la caricia: La imagen que me viene es de tantas pinturas que hemos visto, de las mujeres socorriendo a los heridos de una guerra. El campo de batalla, heridos, curar, curar, curar. Hay momentos donde es tal la situación que simplemente hay que neutralizar el mal. Hay hambre: darle de comer. Después vemos como lo promovemos. Pero la urgencia del momento, están heridos, curarlos. Esta es una guerra cultural que deja muchos heridos al costado del camino.

Y la caricia de la madre Iglesia es curar. Pero, decimos "a este pobre hombre no lo podemos promover". Ahora curarlo, después vemos como lo promovemos. O sea, saber distinguir las urgencias de las necesidades más radicales. Evidentemente que es más radical la necesidad de promoción, es verdad. Pero acá hay alguien que se está muriendo. Hay que darle los primeros auxilios. La caricia de la Madre Iglesia.
Y después la caricia en la promoción. Caritas no es solamente para los primeros auxilios. Es necesario. En tiempo de guerra y de crisis hay que curar a los heridos, hay que curar a los enfermos, curar las consecuencias de tanta riqueza. Pero, también hay que promover. En cuanto se puede, promover, pero primero arreglar esto. Claro uno va viendo lo que tiene que hacer. ¡Es que se va mucho dinero en esto! Ojala se te vaya todo y tengamos que rematar las iglesias para dar de comer a los pobres.
San Juan Crisóstomo lo decía claro: "A qué vienes a adornar la Iglesia y no adornas el cuerpo de Cristo, que está pasando hambre". O sea la caricia. Para mí, la expresión más bella de la caricia frente a una necesidad es la del buen samaritano que no dice: lo levantó, lo llevó a la posada, pagó y se fue. ¡No! Le lavó las heridas, le curó las heridas, después lo levantó y lo llevó y firmó un pagaré por lo que faltaba. Lavar las heridas del momento.
La promoción: ¿cómo lograr el desarrollo de nuestros pueblos con la promoción? Yo no sabría decirles los medios reales pero no hay que dejarla de lado. Hay que hacer crecer la imagen de Dios en esta persona a la que uno va ayudando a crecer.
Pienso en Don Bosco. Don Bosco se encontró en su parroquia, en su tierra, en un momento de crisis, de mucha crisis, de mucha pobreza, un montón de chicos que andaban por la calle por supuesto con hambre y aprendían los vicios y terminaban en la delincuencia y cuando grandes quizá en la horca. El vio eso y dijo ¡no! Y empezó con esa idea desde la escuela de artes y oficios y etcétera.
La visión de promoción es dar un instrumento para que se puedan ganar la vida. Estos santos fueron clarividentes; clarividentes en el uso de los medios de promoción. A veces pensamos: "hagamos una universidad para los más marginados", pero empecemos por darle un oficio para que pueda trabajar. Después vamos a lo otro. Tenemos que tener esa sabiduría de la progresión en la promoción. Para mi eso es clave.
Y hablando de la actualidad de Don Bosco, nosotros en Buenos Aires tenemos muchas villas de emergencia, muchas villas, y trabajan 22 sacerdotes jóvenes en las villas. Son parroquias, cada villa es una parroquia. Y ellos después de pensar qué hacer con la juventud, dijeron que lo mejor para hoy día en los barrios periféricos es el método de Don Bosco. O sea esa visión de saber encontrar lo viable en la promoción.

Referencias:

El Papa Francisco explica la espiritualidad de Cáritas.: http://youtu.be/5xRG_th_zdA

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