Casi cuatro millones de cristianos viven hoy en Oriente Próximo, cuna de las tres religiones monoteístas y escenario desde hace años de una ola de violencia, terror y prejuicios que han acelerado la disminución de la presencia de árabes bautizados. A comienzos del siglo XX, se calculaba que el 20 por ciento de la población de Oriente Próximo era cristiana. Hoy se estima que esa cantidad no supera el 5 por ciento.
En países como Irak y Siria la posibilidad de que en poco tiempo sus poblaciones cristianas queden literalmente laminadas es avalada por muchas fuentes. El pasado mes de febrero, el Príncipe Carlos de Inglaterra declaró a «The New York Times» su temor de que en un plazo breve «queden pocos, muy pocos cristianos» en la tierra natal de Jesús.
La prueba de fuego que sufren los cristianos árabes varía de país en país. En Irak y Siria el éxodo de decenas de miles se ha visto acelerado por las matanzas que llevan a cabo los yihadistas de Estado Islámico y la quema y ocupación de iglesias. En los lugares santos de Palestina, la huida de árabes cristianos es en cambio gradual y obedece más a causas sociales y económicas; los palestinos musulmanes sufren —sobre todo en Gaza— las consecuencias de las pésimas relaciones con Israel, una situación que se agrava en el caso de los palestinos cristianos, que padecen además la discriminación y hostilidad internas.
Prueba de resistencia
No hay tregua para la minoría religiosa más castigada del mundo. Ni por parte de los yihadistas de Al Qaida, Estado Islámico y otros movimientos salafistas armados de la región. Ni por parte de miles de predicadores musulmanes radicales, que difunden una atmósfera de «cruzada» contra las intervenciones militares producidas por el Once de Septiembre, y difunden el rumor de que los vecinos árabes cristianos son una suerte de quinta columna de Occidente.
A mediados del año pasado, los yihadistas de Estado Islámico tomaron la iniciativa de marcar las puertas de casas e iglesias de cristianos deMosul con la «N» en árabe de Nazareno. Los radicales pretendían así estigmatizar a quienes durante siglos supieron convivir en armonía con la mayoría musulmana.
Algunas de las comunidades cristianas más antiguas del mundo «están desapareciendo en la misma tierra donde nació y echó primero raíz la fe», afirma un reciente informe sobre la persecución religiosa en Oriente Próximo publicado por «Newsweek». Seis ritos orientales de una riqueza litúrgica fabulosa (copto, sirio-católico, maronita, caldeo, greco-melquita y armenio) están amenazadas de muerte después de haber sobrevivido a catorce siglos de islam.
Éxodo o sumisión
Es difícil precisar las cifras de la sangría de las poblaciones cristianas en Irak y en Siria, debido al caos de la guerra civil que padecen esos dos países. Una resolución del Parlamento Europeo del pasado mes de marzo indicó, no obstante, que centenares de miles de los 4 millones de sirios que han huido como refugiados a Egipto, Jordania, Líbano, Turquía e Irak, son cristianos. Antes del levantamiento armado contra el régimen de Bachar al Assad, Siria contaba con unos 800.000 cristianos, en una población cercana a los 20 millones.
En Irak, la última ronda de persecución de cristianos comenzó tras la invasión norteamericana en 2003 y la violencia sectaria que produjo. Antes de la caída de Sadam Husein —musulmán suní poco practicante— se estimaba que los cristianos llegaban a los 1,5 millones, algo más del 6 por ciento de la población de Irak. Hoy algunos reducen la cifra a poco más de 200.000. Los que tenían medios han huido a otros países; los más pobres y más castigados por las milicias chiíes y suníes han buscado refugio en el norte de Irak, en la región controlada por los iraquíes de etnia kurda.
La acción devastadora de los yihadistas de Estado Islámico se ha sentido también en las iglesias y en el rico patrimonio artístico de la comunidad iraquí cristiana, que sigue rezando en arameo, la lengua de Jesús; de las 300 iglesias de la era de Sadam quedan en pie poco más de 50.
La situación es menos angustiosa en Palestina, la tierra natal de Jesús, pero igualmente alarmante. El porcentaje de cristianos en los Territorios Ocupados —Franja de Gaza y Cisjordania— se ha visto reducido a la mitad, del 2 por ciento al 1 por ciento, en los últimos trece años, según un informe recogido por la agencia oficial de noticias del Vaticano. Y en Jerusalén, donde ne 1948 vivían 27.000 cristianos, hoy el número de bautizados apenas supera los 5.000.
Referencias: