Las libertades religiosa y de expresión, asuntos que se trataron durante su estancia en Sri Lanka, fueron abordados por el pontífice, quien se refirió, sin citarlo expresamente, al ataque a la redacción de esa publicación.
Al pontífice no se le escapó el sentido de la pregunta que le hicieron los periodistas franceses y contestó: "Creo que los dos son derechos humanos fundamentales, tanto la libertad religiosa como la libertad de expresión."¿Usted es francés? Vayamos a (lo de) París, hablemos claro", dijo a uno de ellos para afirmar: "Matar en nombre de Dios es una aberración".Después comenzó a hablar de la libertad de expresión, de la que afirmó que es un derecho y una obligación, pero que, precisó, "tiene límites".
"Es verdad que no se puede reaccionar violentamente, pero si Gasbarri (el papa aludió a uno de sus colaboradores junto a él en el avión), gran amigo, dice una mala palabra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo. ¡Es normal!", aseguró.
"No se pude provocar -añadió- no se puede insultar la fe de los demás. No se puede burlarse de la fe. No se puede", insistió el papa.
Y agregó: "Tenemos la obligación de hablar abiertamente, de tener esta libertad, pero sin ofender".